República Bolivariana
de Venezuela
Universidad Nacional
Experimental Marítima del Caribe
EUROPA.
DESCRIPCIÓN DEL VIEJO CONTINENTE
Geográficamente, Europa se divide en cuatro partes: Europa Occidental (o Europa del Oeste), Europa Septentrional (o Europa del Norte), Europa Meridional (o Europa del Sur) y Europa Oriental (o Europa del Este). En algunos casos se hace mención a Europa Ibérica, en este caso se refiere al sudoeste de Europa ( Atlántica y Mediterránea). Por otro lado culturalmente, la vertebración de Europa en la cual se establece en dos mitades, una Occidental y otra Oriental, se debe más a razones históricas que geográficas.
TE INVITO UN VIAJE DE CRUCERO POR EL CONTINENTE EUROPEO
Europa Occidental
Es una
vasta región geográfica situada en la parte occidental de Europa sobre el Océano Atlántico.(también
es llamada Europa del Oeste), Y denominado
por otros autores Arco Atlántico o Europa Atlántica, debemos tener en cuenta
que estos son términos geográficos y antropológicos usados
para definir a la porción occidental de Europa bañada por el Océano Atlántico y
designar las particularidades culturales, así como para describir a
los países desarrollados y
de altos ingresos del oeste de Europa, caracterizados por tener un sistema democrático, economías mixtas (combinando
el libre mercado con
aspectos de intervención o acción
estatal en el estado del
bienestar), la alianza con los Estados Unidos y
la pertenencia a la OTAN. Entonces, la
Europa Occidental comprende a grandes rasgos la subdivisión Atlántica,
Mediterránea, Alpina y Nórdica, este término se utilizo con
frecuencia para diferenciar el bloque de Europa que no formó parte del bloque
comunista, durante la Guerra Fría. Con una superficie de 3.868.000 km
cuadrados y cerca de 35% del área del continente.
|
La región atlántica o franja occidental de
Europa está conformada por Francia, Islas Británicas, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo y
los paísesescandinavos (Dinamarca, Finlandia,
Islandia, Noruega y Suecia). Abarca más de la mitad de Europa y la mayor
parte de la costa con acceso a dos de los mares más productivos del mundo:
el Océano Atlántico y el Mar
del Norte.
Esta región recibe la influencia
del Océano Atlántico que junto a un relieve
predominantemente bajo y llano, produce un clima oceánico
con inviernos suaves, veranos frescos y lluvias moderadas todo el
año. La región atlántica es conocida como una de las más pobladas y
explotadas de Europa, producto de la histórica presencia de grupos
humanos que han creado un paisaje agrícola particular.
Su relieve es de llanuras y
montañas de poca elevación; las montañas más importantes son los Montes Escandinavos. Noruega, uno de los países que
la conforman, posee la mayor cantidad de fiordos en
el mundo. El clima predominante es el de Tundra,
ya que gran parte de sus tierras están atravesadas por el Círculo Polar
Ártico. Presenta una riqueza hídrica con ríos como el Rin, Sena, Mosa, Duero, Elba.
Europa Mediterránea
Dentro de la Unión
Europea, la región mediterránea abarca siete Estados miembros, de manera
parcial (España, Francia, Italia y Portugal) o total (Chipre, Grecia y Malta).
El clima se caracteriza por veranos secos y cálidos e
inviernos húmedos y frescos, pero es sabido también que tiene un carácter
caprichoso, con repentinos aguaceros torrenciales o episodios de vientos
fuertes (por ejemplo, el siroco, el mistral) en distintos momentos del año.
Estas condiciones climáticas ejercen un efecto profundo en la vegetación y la
vida silvestre de la región. También lo ejerce su variada y contrastada
topografía: la región mediterránea exhibe un paisaje siempre cambiante de
montañas altas, costas rocosas, matorral impenetrable, estepas semiáridas,
humedales costeros, playas arenosas y un sinfín de islas, con distintas formas
y tamaños, esparcidas por el mar azul transparente.
Contrariamente a lo que
sugieren las imágenes clásicas de «sol, mar y playa» retratadas en la mayoría
de los folletos turísticos, la región mediterránea es asombrosamente montañosa.
Las montañas casi nunca se pierden de vista, ni siquiera en las islas. Debido a
que la última glaciación no las llegó a alcanzar, todas estas zonas albergan su
propio tipo especial de especies silvestres y hábitats. Como consecuencia de
ello, la región mediterránea no solo presenta una biodiversidad muy rica,
sino también un gran número de especies que existen únicamente en esta parte
del mundo. La proporción de endemismos es excepcionalmente alta tanto en el
medio terrestre como en el marino. De las 25 000 plantas de flores
identificadas hasta el momento —que representan alrededor del 10 % de todas las
plantas conocidas en la Tierra—, más de la mitad son endémicas de la
región.
No es de extrañar que el Mediterráneo se considere uno de
los lugares con mayor biodiversidad del mundo. Otro rasgo distintivo de la
región es su asociación desde hace mucho tiempo con el hombre, quien ha dejado
su huella en gran parte del paisaje. El omnipresente matorral mediterráneo, por
ejemplo, con su profusión de flores y plantas aromáticas, es el resultado
directo de siglos de actividades inducidas por los seres humanos, como los
incendios forestales, los desbroces, el pastoreo y el cultivo. Debido a que la
intervención humana tiende a ser muy localizada, el matorral mediterráneo se ha
convertido en un mosaico dinámico de hábitats, complejo e intricado, que
experimenta un ciclo regular de degradación y regeneración.
La complejidad
de su estructura vegetal también explica por qué estas áreas son tan
excepcionalmente ricas en especies silvestres, sobre todo de plantas e
insectos. Aunque el matorral mediterráneo sea representativo de la región, no
es de ningún modo el único hábitat rico en especies. Muchas zonas todavía están
ocupadas por grandes extensiones de bosques naturales, prácticamente vírgenes,
que se mantienen relativamente al margen de la influencia humana. A diferencia
de la mayoría de los bosques del centro y del norte de Europa, donde predominan
solo alrededor de una docena de especies arbóreas, los bosques mediterráneos
son mucho más diversos y albergan hasta cien especies distintas de árboles.
Otras partes del Mediterráneo son simplemente demasiado secas para que en ellas prosperen los árboles o una vegetación densa y, en vez de ello, están cubiertas por extensas superficies de pastizales. A primera vista, estas zonas semiáridas estépicas pueden parecer estériles y sin vida, pero una inspección más detallada revela una flora y una fauna igualmente ricas.
En cuanto al mar
Mediterráneo, sus aguas azules y claras son famosas en el mundo entero. A pesar
de no ser un mar muy productivo, se alberga en él una enorme diversidad de
organismos marinos, muchos ellos endémicos de la región. Se estima que el
Mediterráneo contiene el 8-9 % de todos los animales marinos del mundo. Muchas
de las especies menos conocidas de esponjas, ascidias, crustáceos, entre otros, pueden hallarse ocultas entre las extensas praderas subacuáticas o bancos de
Posidonia que proliferan en las aguas costeras poco profundas. La región
mediterránea sufre, sin embargo, una tremenda presión humana. Es el primer
destino turístico del mundo. Como consecuencia de ello, gran parte del litoral
mediterráneo ha desaparecido bajo el hormigón, y existe una amenaza constante
de incendios forestales y una escasez crónica de agua. Hacia el interior, se
están abandonando muchos de los regímenes de pastoreo antiguos porque se han
vuelto económicamente inviables.
Otras partes del Mediterráneo son simplemente demasiado secas para que en ellas prosperen los árboles o una vegetación densa y, en vez de ello, están cubiertas por extensas superficies de pastizales. A primera vista, estas zonas semiáridas estépicas pueden parecer estériles y sin vida, pero una inspección más detallada revela una flora y una fauna igualmente ricas.
La región mediterránea se considera a
menudo la cuna de la civilización europea. Se piensa que la cría de ganado, la
producción de cereales y el cultivo de frutas y verduras se iniciaron aquí hace
miles de años. El origen de gran parte de los productos agrícolas actuales de
todo el mundo también se hallan en la región mediterránea. La cebada, el trigo,
la avena, las aceitunas, la uva, las almendras, los higos, los dátiles, los
guisantes y un sinfín de frutas, verduras y hierbas medicinales o aromáticas se
derivan de plantas silvestres de esta región. Según la Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la cuenca
mediterránea es uno de los principales centros de origen de plantas cultivadas
de importancia mundial.
La
agricultura de subsistencia practicada durante miles de años, caracterizada por
su reducida intensidad y localización, ha ejercido un efecto profundo en
el paisaje y ha creado un mosaico complejo de hábitats seminaturales
alternantes ricos en flora y fauna silvestres. Debido a la predominancia del
paisaje montañoso, muchas laderas fueron transformadas en terrazas de cultivo.
Estas terrazas proporcionan un entorno ideal para el cultivo de frutas y hortalizas, ya que no solo evitan la erosión de suelo, sino que además aumentan la retención del agua. Tanto el suelo como el agua son recursos valiosos y muy codiciados en este clima cálido y seco
Estas terrazas proporcionan un entorno ideal para el cultivo de frutas y hortalizas, ya que no solo evitan la erosión de suelo, sino que además aumentan la retención del agua. Tanto el suelo como el agua son recursos valiosos y muy codiciados en este clima cálido y seco
Los viñedos y los olivares antiguos también continúan siendo un
rasgo característico del paisaje mediterráneo. La vid y el olivo están bien
adaptados a las duras condiciones caracterizadas por un suministro limitado de
agua y unos suelos pobres. Se dice que algunos olivos superan los mil años y
todavía producen aceitunas, de modo semejante a como lo hacían en los tiempos
de las antiguas Grecia y Roma. En las tierras más planas y en las llanuras, se
han desarrollado distintos sistemas agrosilvopastorales sostenibles que
permiten un mejor uso de los recursos naturales. Las dehesas y los montados de
la península ibérica son un ejemplo típico de un sistema agrícola
multifuncional sostenible, capaz de producir una gran variedad de productos y
servicios.
Europa
Alpina
En sentido estricto, el término "Estados
Alpinos" podría aplicarse a los tres primeros: Austria, Italia y Francia,
que representan el 75% del territorio de los Alpes. Desde un punto de vista
estrictamente de vista nacional, y con la excepción de los microestados de
Liechtenstein y Mónaco, los Alpes son dominantes en sólo dos países: Austria
(65,5% de su territorio) y Suiza (65%)
Europa cuenta con una
variedad de importantes cadenas montañosas que se extienden lo largo de la
mayor parte de los países que la componen.
Dentro de la Unión Europea, siete de
las cordilleras de mayor altitud y extensión forman parte de la región
biogeográfica alpina. Dichas estructuras comprenden: los Alpes, situados en el
centro de la Unión Europea; los Apeninos, que descienden por la espina dorsal
de Italia; los Pirineos, en la frontera entre España y Francia; los Alpes
escandinavos, que recorren Suecia, Finlandia y Noruega; y los Cárpatos, que
forman un arco de Eslovaquia a Rumanía.
Con la adhesión de Bulgaria a la Unión
Europea en 2007, se han añadido dos nuevas estructuras montañosas a la región
alpina: la cordillera de los Balcanes y los montes de Ródope. Sea cual sea su
situación geográfica, todas estas estructuras se caracterizan por un clima
relativamente frío y
árido, grandes altitudes y una topografía muy diversa y a menudo complicada.
Los
pastos seminaturales y los bosques. Como resultado, los hábitats y las especies cambian rápidamente con la altitud. Podemos observar la gráfica de la izquierda. Al desplazarse 100 metros montaña arriba equivale a ir 100 kilómetros al norte en tierras bajas. La compleja topografía y las diferentes exposiciones (laderas protegidas orientadas al sur, bolsas de nieve, riscos azotados por el viento y gleras de rocas desiguales) también crean multitud de microclimas diferentes. Es decir el clima esta y la vegetación esta estrechamente ligada a la altura, lo mismo podemos decir de la fauna. Esta circunstancia ayudaría a explicar el hecho de que, en la región alpina, la biodiversidad sea tan rica y variada: cubren las vertientes más bajas, pero, según
va incrementándose la altitud y descienden las temperaturas, los árboles
escasean cada vez más, para, finalmente, dejar paso a los pastos alpinos,
páramos y matorrales de brezo. A máxima altitud, entre la roca y la nieve, la
vegetación se reduce a solo un puñado de plantas adaptadas en extremo, con
capacidad para tolerar tan exigentes condiciones.
En cada una de las
cordilleras de la región alpina pueden encontrarse cinturones de vegetación
similares, aunque la altitud difiere de unas a otras y, así, por ejemplo, en
los Alpes escandinavos el límite del territorio arbolado se sitúa por debajo de
los 1 000 metros mientras que en los Pirineos se encuentra bastante por encima
de los 2 000 metros. A causa de sus declives escarpados, las montañas suelen
tener zonas biológicas altitudinales sumamente comprimidas. Casi las dos terceras partes de las
plantas del continente europeo se encuentran representadas en ella.
Los altos
picos albergan numerosas especies de carácter endémico, mientras que, en las
vertientes más bajas, la diversidad de las especies se encuentra fuertemente
influenciada por la transición entre esta y otras regiones biogeográficas, así
como por una larga tradición de uso del suelo compatible por parte del hombre. En total, 119 clases de hábitats, 107 especies de plantas y 161 especies
animales incluidas en la Directiva de hábitats se encuentran en la región
alpina.
Por lo que respecta a la fauna, la zona ha pasado a ser un importante
refugio para muchas de las especies que originariamente se encontraban en gran
número en las tierras bajas: los grandes carnívoros (lobos, osos, linces) y
aves rapaces (águilas, halcones, buitres) se han visto empujados a las
montañas, dado que, al contrario de lo que ocurre en la mayoría de las otras
regiones, las regiones montañosas aún albergan vastas zonas sin fragmentar en
las que la injerencia del hombre es limitada. Otros animales son, en cambio,
auténticos especialistas alpinos.
En este grupo se incluyen especies de
roedores (como el topillo nival o Microtus nivalis), ungulados (como el íbice
de los Alpes o Capraibex) y numerosos invertebrados.
La región alpina es especialmente rica en escarabajos y mariposas: solo
en Italia, la mitad de las especies de mariposas habitan por encima del límite
del territorio arbolado. En cuanto a la utilización de la tierra y el impacto
humano, la mayor parte de las cordilleras están poco pobladas, especialmente
por encima de los 1 000 metros (o de los 500, en el caso de los Alpes
escandinavos), debido al clima riguroso, la dificultad de acceso y las cortas
estaciones de crecimiento.
Las prácticas pastorales tradicionales han sido, sin
embargo, el sostén de la economía de montaña durante siglos y han contribuido
de forma apreciable a la ya rica biodiversidad de la región.
Esos usos del suelo,
sin embargo están desapareciendo con rapidez debido a la presión combinada
del abandono de las tierras y de la intensificación de los cultivo. Otras actividades más recientes están teniendo , asimismo importantes repercusiones en
este entorno especialmente frágil, como el turismo de masas, la deforestación y
reforestación a gran escala, la represa y la canalización de los ríos alpinos y
la construcción de carreteras, entre otras.El cambio climático representa otra amenaza aún mayor. Debido al delicado equilibrio existente entre clima y ecología en las montañas, un ligero cambio podría tener devastadores efectos en su capacidad para absorber y retener el agua. Resulta hoy evidente que los glaciares están perdiendo volumen y, en caso de seguir mermando, cabe esperar que la sequía aumente de forma significativa en las tierras bajas y se produzcan cambios destacables en la vegetación montañosa, especialmente en los lugares más elevados
Los Pirineos se extienden desde orillas del Mar Mediterráneo hasta el Océano Atlántico, y son una de las cordilleras de menor tamaño de la región alpina: esta cadena tiene solo 430 kilómetros de longitud y 10 kilómetros de anchura en su extremo oriental, pero, en la zona central, se expande hasta los 150 kilómetros. La cumbre más alta, la del Pico de Aneto, se encuentra a 3 404 metros.
Gracias a su ubicación en una intersección en la que recibe la influencia de climas diversos, la cordillera exhibe una compleja serie de paisajes: al norte, las montañas descienden de forma abrupta hasta las extensas planicies de Aquitania y Languedoc, en Francia; al haber abundancia de lluvias, debido a la influencia permanente del Océano Atlántico, la mayor parte de las laderas montañosas se encuentran cubiertas de hayas y abetos. Las vertientes meridionales, por otro lado, son mucho más secas y cuentan con inclinaciones mucho más suaves, lo que se adecua mejor al pino silvestre y al pino de montaña, al enebro y, en la baja montaña, a los encinares. Asimismo, se pueden observar vastas extensiones de matorral mediterráneo y de retama de olor. Por encima del límite del territorio arbolado (entre los 2 400 y los 2 900 metros), la vegetación es muy similar a la de los Alpes, aunque algo menos diversa: los sauces enanos jalonan el terreno junto a los brezales alpinos, rododendros (Rhododendron ferrugineum), y pastizales azotados por el viento.
En total, 60 tipos de hábitats recogidos en la Directiva de hábitats se encuentran en los Pirineos, incluido un tipo de prados silíceos en los que predomina la Festuca eskia, especie exclusiva de la zona. En los Pirineos también hay lugar para torrentes, cascadas y lagos en abundancia: por encima de los 1 000 metros, existen unos 1 500 lagos. Al igual que los Alpes, los Pirineos gozan de una extraordinaria diversidad vegetal.
Se han registrado unas 3 000 especies de plantas vasculares en los Pirineos, de las cuales al menos 120 tienen carácter endémico, incluidas la Alyssum pyrenaicum y la Aster pyrenaeus, ambas recogidas en la Directiva de hábitats.Igualmente impresionante es la diversidad de aves y otros animales. Se encuentran representadas más de 40 especies de mamíferos, incluidas algunas endémicas poco comunes como el desmán ibérico (Galemys pyrenaicus), de extraña apariencia, y el burcardo (Capra pyrenaica pyrenaica). Perseguido por una incesante actividad cinegética, las acciones de rescate han llegado demasiado tarde para evitar la extinción del bucardo y, en la actualidad, ostenta el lamentable título de ser la primera de las especies recogidas en la Directiva de hábitats en haberse extinguido. Así como otras cordilleras, los Pirineos constituyen también el hogar de una rica y poco frecuente variedad de mariposas y aves, entre las que se encuentran el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) y la diminuta lechuza de Tengmalm (Aegolius funereus), que anida en las oquedades de árboles ancestrales.
También se puede observar a la espectacular mariposa luna española (Graellsia isabellae), en la actualidad prácticamente extinguida, salvo en los Pirineos, y antes muy valorada por los coleccionistas, lo que la llevó al borde de la extinción. En la actualidad, se ha ido recobrando de forma gradual gracias a una estricta protección. Desde una perspectiva socioeconómica, la densidad de la población en los Pirineos es mucho menor que en los Alpes, aunque, también aquí, el pastoreo y la actividad agrícola constituían los pilares de la economía hasta épocas recientes.
Además, en el pasado, los Pirineos sufrieron una intensa deforestación y las secuelas de esta explotación son apreciables casi en cada valle. Sin ir más lejos, el haya se usaba como leña con que alimentar los hornos para la extracción de metal. En épocas más recientes, ha surgido con fuerza el turismo, en especial debido al desarrollo de los centros de esquí.
Los Alpes se encuentran entre las cadenas montañosas de mayor
altitud de Europa. Forman una media luna que abarca ocho países
a lo largo de 1 200 kilómetros, por 200 de ancho, y se extiende
desde Francia, Suiza y Mónaco hasta Italia, Alemania, Austria y
Eslovenia.
Varios de sus picos se elevan por encima de los 4 000 metros, incluido el Mont Blanc, que, con 4 807 metros, es la cumbre más alta de Europa. Originados tras una poderosa colisión entre las plataformas continentales de África y Eurasia, desde entonces los torrenciales ríos alpinos, los glaciares menguantes y la presión incansable de la escarcha y la nieve fundida han modelado y esculpido las formaciones de roca cristalina que quedaron expuestas. Este hecho ha contribuido a crear un laberinto de cordilleras, intercaladas con profundos valles y ríos alpinos, extraordinariamente complejo. Varios de los ríos europeos más importantes, como el Rin, el Po o el Ródano, nacen en los Alpes. Constituyen una fuente vital de agua fresca para gran parte de Europa y, como tal, proporcionan un valioso servicio que llega mucho más allá de las tierras circundantes. Asimismo, los Alpes sirven de puente entre el clima mediterráneo del sur y el más templado del norte, y ello se ve reflejado en todo su territorio en
cuanto a los tipos de hábitats y especies en él representados. Más de la mitad de los Alpes se encuentran cubiertos por bosques. Al norte, los árboles de hoja caduca predominan en las vertientes más bajas, en tanto que las del sur se encuentran cubiertas principalmente por bosques de hoja perenne. Las coníferas predominan a mayores altitudes y en las tierras del interior, donde el ambiente es más seco y la lluvia mucho menos abundante.
En general, los bosques aún son relativamente vírgenes, especialmente en los lugares más elevados, y de ese modo constituyen un refugio y un corredor ecológico para muchas de las especies más grandes, como los osos y las aves de presa. Los pastizales y praderas de las montañas representan más del 25 % de la vegetación alpina. La mayoría son seminaturales, como resultado de siglos de una moderada actividad agrícola. En la actualidad, sin embargo, buena parte de ellos se encuentran gravemente amenazados a causa del abandono de muchas de las viviendas rurales. En total, 84 tipos de hábitats recogidos en la Directiva de hábitats se encuentran representados en los Alpes, incluidos varios de los situados por encima del límite del territorio arbolado como los brezales alpinos, prados silíceos o diversos tipos de vertientes rocosas y pedregales.
Varios de sus picos se elevan por encima de los 4 000 metros, incluido el Mont Blanc, que, con 4 807 metros, es la cumbre más alta de Europa. Originados tras una poderosa colisión entre las plataformas continentales de África y Eurasia, desde entonces los torrenciales ríos alpinos, los glaciares menguantes y la presión incansable de la escarcha y la nieve fundida han modelado y esculpido las formaciones de roca cristalina que quedaron expuestas. Este hecho ha contribuido a crear un laberinto de cordilleras, intercaladas con profundos valles y ríos alpinos, extraordinariamente complejo. Varios de los ríos europeos más importantes, como el Rin, el Po o el Ródano, nacen en los Alpes. Constituyen una fuente vital de agua fresca para gran parte de Europa y, como tal, proporcionan un valioso servicio que llega mucho más allá de las tierras circundantes. Asimismo, los Alpes sirven de puente entre el clima mediterráneo del sur y el más templado del norte, y ello se ve reflejado en todo su territorio en
cuanto a los tipos de hábitats y especies en él representados. Más de la mitad de los Alpes se encuentran cubiertos por bosques. Al norte, los árboles de hoja caduca predominan en las vertientes más bajas, en tanto que las del sur se encuentran cubiertas principalmente por bosques de hoja perenne. Las coníferas predominan a mayores altitudes y en las tierras del interior, donde el ambiente es más seco y la lluvia mucho menos abundante.
En general, los bosques aún son relativamente vírgenes, especialmente en los lugares más elevados, y de ese modo constituyen un refugio y un corredor ecológico para muchas de las especies más grandes, como los osos y las aves de presa. Los pastizales y praderas de las montañas representan más del 25 % de la vegetación alpina. La mayoría son seminaturales, como resultado de siglos de una moderada actividad agrícola. En la actualidad, sin embargo, buena parte de ellos se encuentran gravemente amenazados a causa del abandono de muchas de las viviendas rurales. En total, 84 tipos de hábitats recogidos en la Directiva de hábitats se encuentran representados en los Alpes, incluidos varios de los situados por encima del límite del territorio arbolado como los brezales alpinos, prados silíceos o diversos tipos de vertientes rocosas y pedregales.
En cuanto a la flora, los Alpes son uno de los lugares con mayor
riqueza de Europa. Cerca del 40 % de la flora europea se encuentra
representada aquí. Una gran parte se ha adaptado a las duras
condiciones y crecen formando almohadillas planas, rosetas o
tapices para protegerse del viento y de la nieve, o adquieren pelos
o flores en forma de disco para retener el calor. Claros ejemplos
de ello son la flor del viento (Pulsatilla alpina) y el edelweiss(Leontopodium alpinum).
La Directiva de hábitats recoge 47 especies de plantas con un estado de conservación desfavorable o de ámbito restringido. Entre otras, se incluyen la bella campanilla (Aquilegia bertolonii), el eringio alpino (Eryngium alpinum) y la espectacular corona del rey (Saxifraga florulenta).
La mayor parte de las especies de mamíferos de los Alpes está compuesta de pequeños roedores, murciélagos o ungulados. Al igual que en otras cordilleras, en los Alpes residen varios relictos de la Edad del Hielo que han evolucionado hasta dar lugar a subespecies bien diferenciadas como el topillo bávaro o el íbice alpino. Los Alpes acogen, asimismo, una inmensa diversidad de invertebrados. Algunos de ellos son en la actualidad tan poco comunes que vienen recogidos en la Directiva de hábitats, como los escarabajos Rosalia alpina, de vivos colores, o el irisado Carabusolympiae, que residen en árboles secos o en las oquedades arbóreas.
De la misma forma, especies poco frecuentes de mariposa han hallado la manera de sobrevivir a gran altitud. Algunas son de carácter endémico, como la erebia de Rätzer (Erebia christi),que puede
hallarse en apenas una docena de emplazamientos en Suiza e Italia. Sus hábitats predilectos se encuentran en las soleadas praderas alpinas, entre los 1 300 y los 2 100 metros. La misma importancia revisten los Alpes para las aves: al menos 200 especies se reproducen en sus montañas, y más de 200 las cruzan en sus migraciones o pasan el invierno en ellas. Algunas de estas especies se han adaptado bien al entorno montañoso y pueden hallarse sobre todo en altura, como la perdiz nival (Lagopus muta), la chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax) y el chorlito carambolo (Charadrius morinellus), aunque son muchas más las aves que solo hacen escala en los Alpes durante sus largas migraciones.
Los Alpes pasan por ser una de las cordilleras europeas de mayor riqueza en cuanto a biodiversidad; no obstante, son asimismo una de las que se explotan con mayor intensidad. Más de 11 millones de personas habitan en los Alpes, en su mayoría en los valles, cada vez más urbanizados, y más de 100 millones acuden a las montañas por motivos de turismo y ocio. Todo ello ejerce una inmensa presión sobre este frágil entorno.
La Directiva de hábitats recoge 47 especies de plantas con un estado de conservación desfavorable o de ámbito restringido. Entre otras, se incluyen la bella campanilla (Aquilegia bertolonii), el eringio alpino (Eryngium alpinum) y la espectacular corona del rey (Saxifraga florulenta).
La mayor parte de las especies de mamíferos de los Alpes está compuesta de pequeños roedores, murciélagos o ungulados. Al igual que en otras cordilleras, en los Alpes residen varios relictos de la Edad del Hielo que han evolucionado hasta dar lugar a subespecies bien diferenciadas como el topillo bávaro o el íbice alpino. Los Alpes acogen, asimismo, una inmensa diversidad de invertebrados. Algunos de ellos son en la actualidad tan poco comunes que vienen recogidos en la Directiva de hábitats, como los escarabajos Rosalia alpina, de vivos colores, o el irisado Carabusolympiae, que residen en árboles secos o en las oquedades arbóreas.
De la misma forma, especies poco frecuentes de mariposa han hallado la manera de sobrevivir a gran altitud. Algunas son de carácter endémico, como la erebia de Rätzer (Erebia christi),que puede
hallarse en apenas una docena de emplazamientos en Suiza e Italia. Sus hábitats predilectos se encuentran en las soleadas praderas alpinas, entre los 1 300 y los 2 100 metros. La misma importancia revisten los Alpes para las aves: al menos 200 especies se reproducen en sus montañas, y más de 200 las cruzan en sus migraciones o pasan el invierno en ellas. Algunas de estas especies se han adaptado bien al entorno montañoso y pueden hallarse sobre todo en altura, como la perdiz nival (Lagopus muta), la chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax) y el chorlito carambolo (Charadrius morinellus), aunque son muchas más las aves que solo hacen escala en los Alpes durante sus largas migraciones.
Los Alpes pasan por ser una de las cordilleras europeas de mayor riqueza en cuanto a biodiversidad; no obstante, son asimismo una de las que se explotan con mayor intensidad. Más de 11 millones de personas habitan en los Alpes, en su mayoría en los valles, cada vez más urbanizados, y más de 100 millones acuden a las montañas por motivos de turismo y ocio. Todo ello ejerce una inmensa presión sobre este frágil entorno.
Los Apeninos constituyen la columna vertebral de Italia. Una
gran parte de la cordillera tiene carácter montano, pero tan solo
las áreas centrales cuentan con la suficiente altitud como para
ser incluidas en la región biogeográfica alpina. Varios de sus
picos se elevan por encima de los 2 000 metros, siendo el Corno
Grande el de mayor altitud (2 912 metros). También se encuentra
situado aquí el glaciar europeo más meridional: el Calderone.
En su mayor parte, los Apeninos se componen de piedra caliza y rocas dolomíticas, lo que da lugar a muchos fenómenos kársticos, como hondonadas, cuevas, canales de agua subterránea y profundos desfiladeros, y crea un paisaje de picos de suave pendiente y vastas mesetas alpinas, de gran belleza, en el que irrumpen de forma ocasional abruptos cañones y vertiginosas paredes rocosas. El clima recibe una fuerte influencia por parte de las tierras bajas mediterráneas y los vientos del Adriático, lo que proporciona el entorno ideal para los característicos hayedos de los Apeninos, que cubren gran parte de las montañas a altitudes de entre 1 000 y 1 800 metros. Con frecuencia, el haya se intercala con otros árboles, como el abeto blanco (Abies alba), el acebo (llexsp.) y el tejo (Taxus bacatta). Estos bosques, en su mayoría, se encuentran todavía en estado razonablemente virgen. A mayor altitud, observamos reductos del relictual pino de montaña (Pinus mugo) y el enebro enano (Juniperus nana), que crecen por encima del límite del territorio arbolado, entre los vastos pastizales alpinos y matorrales pulvinulares. En total, de los tipos de hábitats recogidos en la Directiva de hábitats, 44 están representados en esta zona y, como consecuencia, la flora local tiene un gran valor. Se han registrado unas 2 000 especies de plantas en los Apeninos, muchas de ellas de carácter endémico, como el Androsace mathildae y el Adonis distorta, ambas recogidas en la Directiva de hábitats, dada su condición de especie poco frecuente. Asimismo, han hallado refugio en los Apeninos algunas poblaciones aisladas del lobo de los Apeninos y del oso pardo marsicano. Estas especies se vieron empujadas hacia el sur de Italia a causa del avance de los glaciares durante la última Edad de Hielo, pero, una vez fundidos los glaciares, pequeñas poblaciones se disgregaron de sus parientes del norte y evolucionaron hasta dar lugar a subespecies propias.
Una de ellas, la gamuza de los Abruzzos (Rubicapra Pyrenaica ornata), fue víctima de la caza intensiva, que la llevó al borde de la extinción a principios del siglo XX, pero en la actualidad se ha ido recobrando de forma gradual gracias a la introducción de estrictas leyes con el fin de protegerla.
Su población llegó a descender hasta quedarse en apenas 20 individuos en la década de 1930, lo que conminó a las autoridades encargadas de la conservación a iniciar con rapidez un programa de reproducción intensiva en cautividad para su reintroducción. Hoy se estima que existen unos 450 individuos que viven en libertad y, dada su escasez, la totalidad de su población continúa siendo muy vulnerable a la endogamia y otras catástrofes como las plagas. Entre otras especies típicas de los Apeninos cabe mencionar a la endémica Salamandra terdigitata y a la poco común víbora de Orsini (Vipera ursinii), que habita a gran altitud en planicies cubiertas por la hierba, por encima de los 1 700 metros. Al igual que en otras áreas remotas y montañosas, los Apeninos cuentan con escasa y cada vez menor población humana. Como resultado, se está produciendo la desaparición de los tradicionales sistemas agrícolas y ganaderos, aunque, gracias a que en la actualidad la mayor parte de los Apeninos se ha incluido en una red de parques nacionales conectados entre sí, ya se han puesto en marcha esfuerzos para volver a poblar la montaña con pequeños núcleos rurales, mediante una cuidadosa planificación de iniciativas ecoturísticas.
En su mayor parte, los Apeninos se componen de piedra caliza y rocas dolomíticas, lo que da lugar a muchos fenómenos kársticos, como hondonadas, cuevas, canales de agua subterránea y profundos desfiladeros, y crea un paisaje de picos de suave pendiente y vastas mesetas alpinas, de gran belleza, en el que irrumpen de forma ocasional abruptos cañones y vertiginosas paredes rocosas. El clima recibe una fuerte influencia por parte de las tierras bajas mediterráneas y los vientos del Adriático, lo que proporciona el entorno ideal para los característicos hayedos de los Apeninos, que cubren gran parte de las montañas a altitudes de entre 1 000 y 1 800 metros. Con frecuencia, el haya se intercala con otros árboles, como el abeto blanco (Abies alba), el acebo (llexsp.) y el tejo (Taxus bacatta). Estos bosques, en su mayoría, se encuentran todavía en estado razonablemente virgen. A mayor altitud, observamos reductos del relictual pino de montaña (Pinus mugo) y el enebro enano (Juniperus nana), que crecen por encima del límite del territorio arbolado, entre los vastos pastizales alpinos y matorrales pulvinulares. En total, de los tipos de hábitats recogidos en la Directiva de hábitats, 44 están representados en esta zona y, como consecuencia, la flora local tiene un gran valor. Se han registrado unas 2 000 especies de plantas en los Apeninos, muchas de ellas de carácter endémico, como el Androsace mathildae y el Adonis distorta, ambas recogidas en la Directiva de hábitats, dada su condición de especie poco frecuente. Asimismo, han hallado refugio en los Apeninos algunas poblaciones aisladas del lobo de los Apeninos y del oso pardo marsicano. Estas especies se vieron empujadas hacia el sur de Italia a causa del avance de los glaciares durante la última Edad de Hielo, pero, una vez fundidos los glaciares, pequeñas poblaciones se disgregaron de sus parientes del norte y evolucionaron hasta dar lugar a subespecies propias.
Una de ellas, la gamuza de los Abruzzos (Rubicapra Pyrenaica ornata), fue víctima de la caza intensiva, que la llevó al borde de la extinción a principios del siglo XX, pero en la actualidad se ha ido recobrando de forma gradual gracias a la introducción de estrictas leyes con el fin de protegerla.
Su población llegó a descender hasta quedarse en apenas 20 individuos en la década de 1930, lo que conminó a las autoridades encargadas de la conservación a iniciar con rapidez un programa de reproducción intensiva en cautividad para su reintroducción. Hoy se estima que existen unos 450 individuos que viven en libertad y, dada su escasez, la totalidad de su población continúa siendo muy vulnerable a la endogamia y otras catástrofes como las plagas. Entre otras especies típicas de los Apeninos cabe mencionar a la endémica Salamandra terdigitata y a la poco común víbora de Orsini (Vipera ursinii), que habita a gran altitud en planicies cubiertas por la hierba, por encima de los 1 700 metros. Al igual que en otras áreas remotas y montañosas, los Apeninos cuentan con escasa y cada vez menor población humana. Como resultado, se está produciendo la desaparición de los tradicionales sistemas agrícolas y ganaderos, aunque, gracias a que en la actualidad la mayor parte de los Apeninos se ha incluido en una red de parques nacionales conectados entre sí, ya se han puesto en marcha esfuerzos para volver a poblar la montaña con pequeños núcleos rurales, mediante una cuidadosa planificación de iniciativas ecoturísticas.
Modelados por las sucesivas glaciaciones, los Alpes escandinavos constituyen la cordillera de mayor antigüedad de la región alpina. Desde el extremo norte de Finlandia hasta la parte meridional de Suecia y Noruega, recorren la espina dorsal escandinava a lo largo de 1 400 kilómetros. El nivel medio de elevación es de 500 metros, aunque varios de sus picos se elevan por encima de los 1 000 metros y pueden, en ocasiones, llegar a superar los 2 000 metros. Asimismo, en este espacio se encuentra situada la meseta montañosa de mayor tamaño de Europa, la Hardangervidda, que abarca más de 8 000 kilómetros cuadrados. Las condiciones climáticas son, por lo general, extremas, con temperaturas cercanas al punto de congelación la mayor parte del año. La parte occidental recibe la infl uencia del océano y la corriente del Golfo, en tanto que en la oriental el clima es, por naturaleza, más continental con menos viento y precipitaciones. Debido a las difíciles condiciones, los árboles no crecen en alrededor del 50 % de los Alpes escandinavos y, en su lugar, encontramos vastos páramos en los que predominan las especies que son típicas en ellos, tales como el brezo, la hierba y los juncos. En ocasiones, ranúnculos poco frecuentes, como el Ranunculus lapponicus y amapolas del tipo Papaver laestadianum, aparecen en bolsas en tierras ricas y humedad muy alta. Junto a estas especies crece asimismo el diminuto rododendro de Laponia (Rhododendron lapponicum), de tan solo 5 a 15 centímetros de alto. En las zonas de permafrost, aparecen aquí y allá raros fangales palsa.
A causa del clima extremado, estos fangales tienen un núcleo permanentemente congelado que continúa creciendo a lo largo de los años, hasta que la capa de turba se agrieta finalmente y el fangal alto se desploma. En lugares más elevados, se hace tan poco habitual encontrar algún tipo de vegetación que buena parte del paisaje se encuentra dominado por grandes rocas desnudas. Únicamente son capaces de subsistir unas pocas plantas vasculares, como el Ranunculus glacialis. A medida que descendemos, observamos cómo, en torno al límite del territorio arbolado, van haciendo aparición reductos de abedules escasamente desarrollados y matorrales subárticos de sauce enano. En zonas aún más bajas, las laderas quedan cubiertas por el abedul blanco (Betuna pubescens czerepanovii), que constituye el tipo de bosque predominante en los Alpes escandinavos.
La diversidad de especies en los Alpes escandinavos es relativamente
pobre en comparación con otras regiones montañosas alpinas.
Aun así, estas montañas constituyen un componente fundamental
para la biodiversidad en Europa, dada su gran extensión y prístina
naturaleza, y son uno de los pocos emplazamientos que quedan en
Europa en el cual todavía se puede hallar auténtica tierra virgen.
En total, en la Directiva de hábitats se recogen 44 tipos de hábitats,
29 especies vegetales y 18 especies animales que pueden hallarse
en la región. Un gran número de las citadas especies animales, como
el zorro ártico (Alopex lagopus), el glotón (Gulo gulo), la búho nival
(Nyctea scandiaca) y el halcón gerifalte (Falco rusticolus), se limitan en
exclusiva a las regiones del Círculo Polar Ártico.
Dentro del territorio de la Unión Europea, la población de zorro
ártico, que subsiste en el precario número de 150 individuos, se
reduce a Suecia y Finlandia. Su ciclo vital depende mucho de la
abundancia de su principal presa, el léming vulgar, Lemmus lemmus,
que experimenta un ciclo periódico de «auge y caída», normalmente
cada tres a cinco años. En años de abundancia, cuando los lémings
son relativamente comunes, el zorro ártico puede criar camadas de
12 a 20 cachorros pero, otras veces, la falta de alimento hace que ese
éxito reproductor se vea muy reducido, y pocos cachorros superan
los primeros meses. Todo ello es aún mayor motivo de preocupación
si tenemos en cuenta que, con toda probabilidad, esta especie se
verá muy afectada por el cambio climático que se espera para los
próximos años.
No es sorprendente, por tanto, que la presencia humana en los Alpes escandinavos sea tan reducida. A pesar de ello, actividades como la represa de los ríos, cuyo fin es generar energía hidroeléctrica, el creciente pastoreo de renos o la pérdida del pasto estival hayan producido algunos daños a pequeña escala. Sin embargo, la mayor parte de la cordillera permanece inalterada por la infl uencia del hombre, por lo que es una de las áreas naturales vírgenes más grandes que quedan en Europa.
No es sorprendente, por tanto, que la presencia humana en los Alpes escandinavos sea tan reducida. A pesar de ello, actividades como la represa de los ríos, cuyo fin es generar energía hidroeléctrica, el creciente pastoreo de renos o la pérdida del pasto estival hayan producido algunos daños a pequeña escala. Sin embargo, la mayor parte de la cordillera permanece inalterada por la infl uencia del hombre, por lo que es una de las áreas naturales vírgenes más grandes que quedan en Europa.
Los Cárpatos son la cadena montañosa más joven y más oriental de toda la región alpina. Se extienden describiendo un gran arco de unos 1 450 kilómetros que va desde Eslovaquia hasta Rumanía, para formar una cordillera que es la mitad de ancha que los Alpes, y con picos la mitad de altos. Los picos más elevados se hallan en los montes Tatra, en la parte occidental de los Cárpatos. En las laderas exteriores, el lecho rocoso predominante se compone de arenisca y esquisto (fl ysch), mientras que en el interior encontramos una cadena montañosa de origen volcánico. Toda la cordillera se encuentra circundada por un clima de tipo continental que ejerce una fuerte infl uencia y que es responsable de la gran variación que se produce entre la temperatura invernal y la estival (desde los –21 ºC hasta los 35 ºC). Debido a que la altitud en los Cárpatos es relativamente baja, no hay, en general, ni piso nival ni piso alpino superior. De hecho, solo un 5 % del territorio se encuentra por encima del límite del territorio arbolado. En cambio, los bosques montanos cubren más de la mitad de la cordillera en ciertos lugares, y en las estribaciones predominan los robles como el albar (Quercus petraea), mientras que a media altitud prevalecen los hayedos.
En los lugares más elevados convergen asentamientos compuestos
por una mezcla de hayas y abetos, o bien de hayas, abetos y piceas,
lo que con el tiempo da lugar a bolsas de alerce y de pino de Arola.
Estos bosques montanos naturales se encuentran entre los más
extensos de la Unión Europea. En ellos, perviven los hayedos de
montaña de mayor tamaño que quedan en el continente, así como
los ecosistemas boscosos de hayas y coníferas y la extensión de
bosques prístinos más grandes, sin tener en cuenta los de Rusia.
Tras haber sobrevivido hasta hoy sin la interferencia del hombre,
estos bosques vírgenes presentan una estructura muy diversa,
donde árboles de todas las edades tratan de hacerse hueco entre
cúmulos de árboles secos y en descomposición que yacen en el
lecho boscoso.
El territorio de los Cárpatos es, además, rico en hábitats de
humedales. En estas montañas tienen su nacimiento importantes
ríos como el Dniester, el Wisla y el Tisza. Como la mayor parte de
los ríos alpinos, su caudal se ve incrementado con la llegada de la
primavera y el verano, cuando la nieve se funde, lo que provoca en
ocasiones fuertes inundaciones en las tierras bajas circundantes.
Asimismo, existen unos 450 lagos pequeños de montaña,
principalmente de origen glacial, situados entre los 1 350 y los
1 970 metros.
En cambio, otros hábitats de la cadena montañosa de los Cárpatos, como las praderas alpinas y los pastizales de las tierras altas, cuentan con una larga tradición de uso de la tierra por parte del hombre, que durante siglos se ha dedicado al pastoreo de ovejas y de ganado. A pesar de que la superfi cie cubierta por estos pastizales es menor que la de los bosques, su importancia para la vida silvestre, sobre todo de plantas e invertebrados, es también crucial.
Los Cárpatos, por lo general, se caracterizan por ser extraordinariamente ricos en cuanto a número de especies. Este alto nivel de biodiversidad se debe, en parte, al hecho de que entre sus montañas se ha formado un corredor que es vital para la dispersión y la migración entre Norte y Sur, Este y Oeste: en ellos viven unas 3 500 especies de plantas, entre ellas 481 especies endémicas de estas montañas, como Daphne arbuscula. Es una de las 48 especies vegetales de los Cárpatos cuya situación es precaria, y como tal, viene recogida en la Directiva de hábitats. Los Cárpatos constituyen, por otra parte, un bastión tanto para grandes carnívoros como para toda una serie de mamíferos de menor tamaño, como el endémico topillo de Tatra (Microtus tatricus) y la marmota alpina (Marmota marmota latirostris). Asimismo, más de 300 especies de aves utilizan estos territorios con fines reproductivos, para invernar o llevar a cabo sus migraciones, como el cárabo uralense (Strix uralensis), el pico dorsiblanco (Dendrocopus leucotus) y la cigüeña negra (Ciconia nigra). En esta cordillera reside el 30 % de la población total europea de pico dorsiblanco y el 40 % de la población del águila pomerana (Aquila pomarina). Entre las especies típicas de estas montañas, se incluyen el acentor alpino (Prunella collaris) y el treparriscos (Tichodroma muraria). Al igual que en los Alpes, una gran variedad de culturas y nacionalidades puebla los Cárpatos: entre 16 y 18 millones de personas habitan en este espacio y, en su mayor parte, participan en actividades pastorales extensivas. Sin embargo, los recientes cambios a favor de una economía Con la adhesión de Bulgaria a la Unión Europea en 2007, se han añadido dos nuevas cordilleras a la región biogeográfica alpina: la cordillera balcánica y los montes de Ródope. La cordillera de los Balcanes se sitúa en la parte central de Bulgaria. Aunque no exista conexión física, constituye una continuación de los Cárpatos que parte del extremo occidental de los Alpes Transilvanos, próximo al gran desfiladero de la Puerta de Hierro, en la frontera entre Serbia y Rumanía.
Desde ese punto, la cordillera discurre por la parte central de Bulgaria y se extiende a lo largo de 560 kilómetros hacia el Mar Negro, dividiendo el país en dos. La media de altitud de los Balcanes es de 900 metros sobre el nivel del mar y la amplitud varía, desde los 19 hasta los 32 kilómetros. de mercado representan una gran amenaza para la viabilidad de las explotaciones agrícolas y los pequeños núcleos rurales de las montañas.
A pesar de su situación estratégica, próxima a Sofía (a menos de 100 kilómetros), es una cordillera relativamente prístina (primitivo) que no ha sufrido grandes modificaciones. Más hacia el sur, el macizo montañoso de los montes de Ródope se compone de tres montañas diferenciadas entre sí, aunque muy próximas unas de otras: el monte Rila, el monte Pirin y los montes de Ródope. Estos últimos se extienden y cruzan la frontera para adentrarse en Grecia, pero solo la parte búlgara se considera integrante de la región alpina. El monte Pirin es el más característico de la región alpina. Cuenta con unos 80 picos coronados por la nieve, que se elevan por encima de los 2 500 metros, 176 lagos verde esmeralda y, a gran altitud, un gran número de valles y circos glaciales. Por otro lado, los montes de Ródope, a pesar de sus altas cotas, se encuentran bajo una fuerte influencia mediterránea en cuanto a la composición de especies. Asimismo, constituyen un entorno especialmente remoto y salvaje, con escasa población humana.
En la Directiva de hábitats se recogen unos 60 tipos de hábitats con presencia en estas dos cordilleras. Los bosques, en especial, están bien representados, y forman grandes franjas ininterrumpidas de terreno boscoso natural y antiguo que atraviesan gran parte de la cordillera. Estos bosques están muy poblados con árboles endémicos de los Balcanes, como el pino macedonio (Pinuspeuce), el abeto búlgaro (Abiesborisiiregis) y el pino bosnio (Pinus heldreichii).
Sus montañas constituyen un entorno ideal para numerosas especies vegetales. Solo en los montes de Ródope se han identificado hasta el momento más de 1 900 especies. Buena parte de ellas son endémicas, como el lirio de los montes de Ródope (Liliumrhodopaeum) y la planta resurrección (Harbelea rhodopensis). A causa de su carácter natural, todas estas montañas aún mantienen poblaciones considerables de grandes carnívoros, así como un gran número de aves de presa poco comunes. .
En cambio, otros hábitats de la cadena montañosa de los Cárpatos, como las praderas alpinas y los pastizales de las tierras altas, cuentan con una larga tradición de uso de la tierra por parte del hombre, que durante siglos se ha dedicado al pastoreo de ovejas y de ganado. A pesar de que la superfi cie cubierta por estos pastizales es menor que la de los bosques, su importancia para la vida silvestre, sobre todo de plantas e invertebrados, es también crucial.
Los Cárpatos, por lo general, se caracterizan por ser extraordinariamente ricos en cuanto a número de especies. Este alto nivel de biodiversidad se debe, en parte, al hecho de que entre sus montañas se ha formado un corredor que es vital para la dispersión y la migración entre Norte y Sur, Este y Oeste: en ellos viven unas 3 500 especies de plantas, entre ellas 481 especies endémicas de estas montañas, como Daphne arbuscula. Es una de las 48 especies vegetales de los Cárpatos cuya situación es precaria, y como tal, viene recogida en la Directiva de hábitats. Los Cárpatos constituyen, por otra parte, un bastión tanto para grandes carnívoros como para toda una serie de mamíferos de menor tamaño, como el endémico topillo de Tatra (Microtus tatricus) y la marmota alpina (Marmota marmota latirostris). Asimismo, más de 300 especies de aves utilizan estos territorios con fines reproductivos, para invernar o llevar a cabo sus migraciones, como el cárabo uralense (Strix uralensis), el pico dorsiblanco (Dendrocopus leucotus) y la cigüeña negra (Ciconia nigra). En esta cordillera reside el 30 % de la población total europea de pico dorsiblanco y el 40 % de la población del águila pomerana (Aquila pomarina). Entre las especies típicas de estas montañas, se incluyen el acentor alpino (Prunella collaris) y el treparriscos (Tichodroma muraria). Al igual que en los Alpes, una gran variedad de culturas y nacionalidades puebla los Cárpatos: entre 16 y 18 millones de personas habitan en este espacio y, en su mayor parte, participan en actividades pastorales extensivas. Sin embargo, los recientes cambios a favor de una economía Con la adhesión de Bulgaria a la Unión Europea en 2007, se han añadido dos nuevas cordilleras a la región biogeográfica alpina: la cordillera balcánica y los montes de Ródope. La cordillera de los Balcanes se sitúa en la parte central de Bulgaria. Aunque no exista conexión física, constituye una continuación de los Cárpatos que parte del extremo occidental de los Alpes Transilvanos, próximo al gran desfiladero de la Puerta de Hierro, en la frontera entre Serbia y Rumanía.
Desde ese punto, la cordillera discurre por la parte central de Bulgaria y se extiende a lo largo de 560 kilómetros hacia el Mar Negro, dividiendo el país en dos. La media de altitud de los Balcanes es de 900 metros sobre el nivel del mar y la amplitud varía, desde los 19 hasta los 32 kilómetros. de mercado representan una gran amenaza para la viabilidad de las explotaciones agrícolas y los pequeños núcleos rurales de las montañas.
A pesar de su situación estratégica, próxima a Sofía (a menos de 100 kilómetros), es una cordillera relativamente prístina (primitivo) que no ha sufrido grandes modificaciones. Más hacia el sur, el macizo montañoso de los montes de Ródope se compone de tres montañas diferenciadas entre sí, aunque muy próximas unas de otras: el monte Rila, el monte Pirin y los montes de Ródope. Estos últimos se extienden y cruzan la frontera para adentrarse en Grecia, pero solo la parte búlgara se considera integrante de la región alpina. El monte Pirin es el más característico de la región alpina. Cuenta con unos 80 picos coronados por la nieve, que se elevan por encima de los 2 500 metros, 176 lagos verde esmeralda y, a gran altitud, un gran número de valles y circos glaciales. Por otro lado, los montes de Ródope, a pesar de sus altas cotas, se encuentran bajo una fuerte influencia mediterránea en cuanto a la composición de especies. Asimismo, constituyen un entorno especialmente remoto y salvaje, con escasa población humana.
En la Directiva de hábitats se recogen unos 60 tipos de hábitats con presencia en estas dos cordilleras. Los bosques, en especial, están bien representados, y forman grandes franjas ininterrumpidas de terreno boscoso natural y antiguo que atraviesan gran parte de la cordillera. Estos bosques están muy poblados con árboles endémicos de los Balcanes, como el pino macedonio (Pinuspeuce), el abeto búlgaro (Abiesborisiiregis) y el pino bosnio (Pinus heldreichii).
Sus montañas constituyen un entorno ideal para numerosas especies vegetales. Solo en los montes de Ródope se han identificado hasta el momento más de 1 900 especies. Buena parte de ellas son endémicas, como el lirio de los montes de Ródope (Liliumrhodopaeum) y la planta resurrección (Harbelea rhodopensis). A causa de su carácter natural, todas estas montañas aún mantienen poblaciones considerables de grandes carnívoros, así como un gran número de aves de presa poco comunes. .
Desde la época del Neolítico las zonas montañosas europeas
han estado habitadas a pesar de la difícil topografía y del clima
inhóspito. Las prácticas agrícolas extensivas, la trashumancia y la
explotación forestal a pequeña escala han contribuido a formar un
complejo mosaico de diferentes culturas y paisajes que pone de
relieve la ya rica biodiversidad de la región. Hasta épocas recientes
tales actividades constituían el pilar de la economía en las zonas
montañosas de toda Europa.
Sin embargo, en la actualidad esas tradiciones están desapareciendo
con rapidez, debido al abandono gradual de la mayor parte de
las fincas situadas a gran altitud, incapaces de expandirse o de
intensificar su actividad.
Por otro lado, el turismo, a pesar de haberse
convertido en una gran industria, puede, asimismo, ejercer una gran
presión sobre el entorno montañoso, dado que la mayor parte de las
actividades hasta la fecha se concentran en el esquí y requieren un
desarrollo masivo de infraestructura.
Hasta el momento, al menos el 10 % del territorio de los Alpes
se ha transformado en centros de esquí, pero el impacto en
cuanto a contaminación, compactación del suelo, modificaciones
en la vegetación local.
Asimismo, está empezando a producirse una
evolución similar en este sentido en los Pirineos y en los Cárpatos y
en los montes Pirin y Rila, en Bulgaria.
El aumento del tráfi co constituye otro grave problema. Tanto las
antiguas como las nuevas carreteras representan un gran obstáculo
para la migración de las especies. Se estima que cada año, a través
de los Alpes, viajan 150 millones de personas y que el 83 % lo hace
por carretera. Las cordilleras son unos importantes corredores de
transporte a través de Europa.
La represa y la canalización de la una intensifi cación de los cultivos, constituye otra de las grandes
preocupaciones en relación con las regiones montañosas. Estas
actividades conllevan una considerable alteración del entorno
natural, tanto en el interior como en el exterior de la región alpina,
que ha provocado efectos colaterales no deseados en cuanto a la
disminución de los caudales, la erosión de las orillas de los ríos y la
sedimentación.
Muchos de estos problemas se ven agravados por una deficiente
coordinación en la ordenación territorial en toda la cordillera.
La mayoría de estas montañas se ubican en las fronteras de
diferentes países, y con frecuencia se perciben de un modo
marginal o periférico. Tras reconocer esta situación, se han lanzado
recientemente varias iniciativas con el fi n de promover un enfoque
más coherente para la gestión de las cordilleras, adoptadas en el
ámbito individual, como el Convenio para la protección de los Alpes
o el Convenio para la protección y el desarrollo sostenible de los
Cárpatos mayor parte de los grandes ríos
alpinos, con el fin de generar energía hidroeléctrica o llevar a cabo.
Europa del Norte
Es la región septentrional del continente
europeo. Cuando aplicamos esta división debemos tener en cuenta que tomamos algunos países ubicados dentro de la Europa Occidental y Occidental. En diversos momentos fue definida de distintas maneras, pero hoy en día
suele considerarse que está compuesta por:
Los países nórdicos, que incluyen Dinamarca, Finlandia, Islandia,Noruega y Suecia,
así como también las islas Åland y
las Feroe,
y ocasionalmente Karelia, la península de Kola y el archipiélago Svalbard.
Generalmente, la República de Irlanda, el Reino unido,
la isla de Man y
las islas del Canal (también considerados
parte de la Europa occidental); Generalmente,
los países bálticos, es decir, Estonia, Letonia y Lituania(también
considerados parte de la Europa oriental); Ocasionalmente,
otras áreas en contacto con el mar Báltico y
el mar del Norte, por ejemplo, noroeste de Rusia, norte de Polonia, Países Bajos, Bélgica, Francia del
Norte, Luxemburgo y Alemania del
Norte.
Antes del siglo XIX,
el término “nórdico” era frecuentemente utilizado para referirse a aquello
perteneciente o relativo al norte de Europa, lo cual incluía los países
nórdicos, la Rusia europea, los países bálticos (que en
aquel entonces comprendían Livonia y Curlandia).
En tiempos más antiguos, cuando el continente estaba
dominado por las culturas del Mediterráneo (como el Imperio romano),
las áreas de Europa alejadas de aquel mar eran generalizadas bajo la
denominación de Europa del norte, incluyendo lo que posteriormente se
convertiría en Alemania, Países Bajos y Austria.
El término de “Europa del norte” para referirse a dicha región sigue
empleándose hoy en día en algunos contextos. En la Edad Media,
se usaba el término Thulepara designar un lugar semítico en el extremo norte del
continente.
En el contexto de la Unión Europea, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Alemania, Bélgica y
los Países Bajos son a menudo vistos como las
naciones que conforman la región septentrional de Europa.
Danevirke y
el Canal de la Mancha suelen considerarse
líneas divisorias entre la Europa del norte y el resto del continente desde
que, al menos en el oeste, la mayor parte del área al sur de las mismas fue
alguna vez gobernada por los francos durante
el reinado de Carlomagno, mientras que la mayoría de los territorios
ubicados al norte pertenecieron en algún tiempo al Reino de Inglaterra durante el gobierno
de Canuto II
Los Estados bálticos incluyen por
extensión Alemania, Polonia y Rusia, estos estados fueron, durante la Guerra Fría y
anteriormente en el Imperio ruso, considerados parte de la Europa Oriental.
Sin embargo, su población no es eslava:
los letones y lituanos son pueblos bálticos, mientras los estonios son
étnicamente próximos a los finlandeses y comparten gran parte de su historia
con los países nórdicos. Por su parte, Escandinavia es
una denominación un tanto ambigua, ya que suele referirse tanto a la totalidad
de los países nórdicos como también sólo a la parte peninsular.
Europa Occidental otra división de un mismo territorio
Como su nombre lo indica, es parte del continente europeo y salvo Australia, es la menor masa continental. Sin embargo ha jugado un papel muy importante en el desarrollo del mundo, en los pasados 2000 años.
Europa Occidental como ya se menciono, cubre una superficie de
3.868.000 km cuadrados, cerca de 35 % del área total del continente. Las
razones de por qué tan pequeña parte del globo ha ejercido una influencia tan
importante son debidas a una combinación de causas climáticas, geográficas y sociológicas.
La mayor parte de la Europa Occidental no tiene oscilaciones térmicas extremas.
Ello ha contribuido a dulcificar la lucha por la vida. Las tierras,
por lo demás, son fértiles y a través de idóneas organizaciones sociales,
no fue difícil exportarlas.
Europa Occidental fue punto de partida para los grandes viajes
exploratorios de los siglos XV y XVI. En consecuencia, algunas
naciones llegaron a poseer vastos dominios imperiales en América, Asia y África.
Las influencias europeo-occidentales se extendieron así a tierras y
países remotos. El español y el portugués son hoy lenguas de la América latina;
el francés se habla en muchos países africanos, mientras que el inglés, una vez
lengua de tan solo los habitantes de una pequeña isla, es hablado hoy por
millones de seres humanos de todos los pueblos y razas. credos y colores.
La historia de esta región ha sufrido el sobresalto de
innumerables guerras, podemos citar en el siglo XX, la primera y la segunda
guerra mundial, la segunda produjo la devastación del continente. Sin embargo
el poder destructivo de las armas nucleares significaba que debía hacerse algo,
es por ello que surge la idea de buscar el bien común y dejar atrás las
rivalidades del pasado. En la segunda mitad el siglo XX , nació el
propósito de formar la Comunidad Económica Europea, el objetivo es compartir
los beneficios económicos,, sociales y crear una sola identidad,
eliminando las fronteras. Es importante destacar la ayuda de los Estados
Unidos después de la segunda Guerra mundial con la creación del Plan Marshall.
Clima
Europa Occidental tiene tres tipos básicos de clima: el marítimo templado, el mediterráneo,
y el continental. Pero no
se dan bruscas transiciones entre los límites de uno y otro tipo aun cuando se
influyan mutuamente.
El clima marítimo es básicamente templado. Los inviernos
raramente son extremos y los veranos tiendes a ser frescos. Las lluvias se
distribuyen regularmente a lo largo del año, con unos otoños e inviernos
generalmente más húmedos qu el resto del año.
El clima es el resultado
de grandes áreas de baja presión o ciclónicas, conocidas como depresiones del
Atlántico Norte, que atraviesan el continente. Esas depresiones generalmente,
aportan tiempo cálido y húmedas masas de aire, en forma de formaciones nubosas.
La lluvia cae con mayor incidencia en las áreas cercanas al Atlántico:
norte de España, oeste de Francia, Irlanda, Reino Unido, Islandia, oeste
de Escandinavia, norte de Alemania, Holanda y Bélgica.
Otro factor determinante
del clima marítimo es la Corriente del Golfo y su rama, la Corriente
el Atlántico Norte. Esas corrientes oceánicas cálidas dulcifican las masas
de aire situadas sobre los litorales, impiieno las grandes oscilaciones
térmicas habituales en las masas continentales durante el invierno. Contribuyen
incluso al movimiento portuario de las tierras norteñas de Europa, generalmente
heladas en esa estación. En consecuencia una ciudad como Glasgow que se encuentra a poca
distancia del paralelo de Moscú, resulta considerablemente menos fría.
Los climas mediterráneos se forman en función de un área de altas
presiones o anticiclónica, que suele localizarse sobre las Azores, grupo de islas a alguna
distancia de las costas occidentales de Portugal y África del Norte.
El anticiclón de las Azores se desplaza al norte en verano, aportando aire cálido a las zonas mediterráneas y en ocasiones, a muchas regiones que disponen el clima marítimo. El clima mediterráneo tiene veranos calurosos e inviernos apacibles. La lluvia tiende a caer en otoño e invierno, Las regiones con este modelo climático, son el sur y el este de España, la mitad de Francia, la mayor parte de Italia, Malta y el sur de Grecia.
El
clima continental se forma en el corazón de la masa continental, alejadas de
las influencias del mar. Produce inviernos muy fríos y veranos muy calurosos.
Se le localiza en la Meseta o altiplanicie central de España, encerrada por los Pirineos, al norte, y Sierra
Nevada, al Sur, y también en Escandinavia oriental, donde comprende Finlandia,
Suecia, y este de Noruega. En esta parte de Europa el clima se origina en un
área de altas presiones situada sobre la masa continental euroasiática y que
abarca lo que comprendió la antigua Unión Soviética.
En ocasiones, esos tres climas se interpenetran dando
lugar a condiciones climática peculiares y diferenciadas de su modelo
habitual. Otras veces, el tiempo de Europa Occidental es seriamente perturbado
por la invasión de grandes masas de aire frío procedentes de las regiones
polares, lo que genera condiciones extremas y da lugar a grandes nevadas.
La vida animal y de las plantas
Los tipos de suelo y clima determinan ampliamente los diversos modelos de formación vegetal, en la tundra, región de Europa Nórdica, la vida de las plantas esta restringida a los musgos y líquenes en razón del clima extremadamente frío. Esta simple forma de vegetación se halla también en los Alpes a altitudes superiores a 2000 mts.
Al sur de la tundra se extiende el bosque boreal. Consiste
principalmente en coníferas tales como pinos, abetos y píceas, resistentes al
frío. El bosque nórdico posee también árboles de hoja caduca (caducifolios),
como el abedul, que se desprende de sus hojas en otoño. El bosque boreal es
excesivamente frío para los cultivos, Aún así se cosechan la patata y la cebada
a la vez que crece la hierba como alimento invernal para el ganado bovino.
Más al sur se encuentra la región de bosques templados de robles,
fresnos, hayas y otros árboles planifolios. Este bosque conforma la
vegetación normal de la región, aunque pocos de los grandes bosques primitivos
de Europa Central sobreviven hoy.
La Selva Negra , en el sur de
Alemania, es un ejemplo de este tipo de vegetación, En las partes húmedas y
frescas, de la región, el cereal fundamental es es cultivo de avena. Sin
embargo, en las más cálidas y secas, el trigo es el más importante de los
cultivos, mientras que el centeno crece aun en los suelos menos fértiles. Las
patatas son todavía importantes y la remolacha figura como primer alimento para
la ganadería. El ganado vacuno y lechero es dirigido a las exuberantes tierras
bajas para apacentarlo. Los países con mayor número de cabezas por
kilómetro cuadrado son Holanda , Bélgica y Dinamarca.
En el
Mediterráneo, donde las lluvias no ofrecen la misma regularidad ni abundancia,
la vida vegetal es del tipo que se localiza particularmente en el sur de
Francia e Italia y consiste en arbustos y plantas retorcidas, tales como el
olivo de hoja perenne. El olivo, como otras plantas propias del suelo
mediterráneo, esta adaptado para conservar la humedad durante las sequías
veraniegas. Los frutos, incluida la uva para vinos, y los cereales, como la
cebada y el trigo , florecen también en esas regiones pero deben irrigarse en
verano. Esas tierras carecen de grandes zonas de abundante pasto, necesarias
para la ganadería y la producción lechera. La oveja y la cabra son allí los
principales animales agropecuarios.
La vida salvaje ha
sido considerablemente reducida, con la difusión de a civilización. Antes de la
historia escrita o prehistoria, los mamuts y grandes osos vagaban por
el continente. Recientemente, las administraciones estatales han advertido el
peligro de extinción de ciertos animales y han tomado medidas para protegerlos.
En la tundra el animal más representativo es el reno, Provee de
leche, carne, tejidos e incluso de transporte a los lapones que llevan una vida
seminómada al norte de Escandinavia. Otros animales de la tundra son el conejo
de Noruega, semejante a un roedor vulgar, la zorra ártica, los osos, y el
armiño.
El
bosque mixto de transición y templado húmedo es rico en vida animal: mamíferos
y ante todo aves. Existen variedades de ciervo y grandes animales depredadores
tales como el oso, el lobo y el gato montañés. Las aves de caza comprenden el
faisán, la perdiz y la agachadiza, en tanto que los pájaros cantores están
representados por el zorzal, el mirlo, la alondra y muchas variedades de
pinzón. Muchos de esos pájaros habitan en zonas urbanas. Las grandes aves
d presa, como las águilas y las aves pescadoras, habitan en regiones remotas, y
en razón de su disminución numérica se las protege rigurosamente.
En la región mediterránea existen todavía jabalíes, cabras, y
ovejas salvajes. Hay también cierta abundancia de reptiles, como las
serpientes, venenosas en algunos casos, así como lagartos, muy adaptados a las
condiciones climáticas cálidas.
La pesca es un importante recurso de alimentación,
especialmente en los países del noroeste de Europa, que bañan sus costas en el
Atlántico y en aquellos del sur, como España y Portugal.
El Paisaje
Europa Occidental posee una rica variedad paisajistica. Hay altas cordilleras con glaciares en sus cumbres, inmensas mesetas o macizos y fértiles llanuras y planicies.La mayor parte del paisaje europeo nord-atlántico fue definitivamente configurado en el pleistoceno (Edad de hielo), que finalizó hace solamente unos 10.000 años. Se encuentran glaciares en Escandinavia y los relieves de Gran Bretaña, mientras que Finlandia es una tierra de lagos, que ocupan cuencas excavadas por los ríos. También se localiza una escenografía glaciar en llanuras del norte de Europa, donde se dan tortuosas prominencias de morrenas de glaciares.
Al sur de Europa, el rasgo fundamental es la extensión del
sistema Alpino, la cordillera plegada más joven del mundo. Los Alpes
fueron elevados por un empuje continental en la medida que la placa continental
africana se desplazaba al norte, empujando contra Europa otras placas
menores, diseminadas por el Mediterráneo actual. Un proceso que empezó hace 26
millones de años dio lugar a que los sedimentos que había entre ambas placas
continentales se plegaran y elevaran tectónicamente en forma de inmensos
pliegues. Las tensiones creadas por esos desplazamientos de la corteza
terrestre causaron así mismo. enormes fisuras llamadas fallas, lo que elevó
grandes bloques corticales en forma de "horst" mientras que otros
bloques se hundieron entre fallas apenas paralelas formando valles tales como
el Rin. Este movimiento prosigue aún hoy, como lo evidencian los terremotos
registrados en el sur de Europa, y los volcanes en erupción actual o
potencialmente de la Italia del suroeste.
Cordilleras
Europa Occidental posee dos sistemas
principales: las tierras altas del noroeste y la cadena alpina. Las
primeras están situadas en el noroeste de Francia, Irlanda, Gales, noroeste de
Inglaterra. norte de Escocia, Islandia y Escandinavia, las rocas datan de la
eran precámbrica. Son las mas antiguas conocidas por el hombre,
formadas hace varios miles de millones de años. Las tierras del noroeste
alcanzan una altura máxima de 2.468 metros sobre el nivel del mar, en
Galdhoppigen, Noruega. Esas montañas no son tan altas como los Alpes en razón
de su antigüedad, es decir, en la medida en que han sufrido una mayor
denudación erosiva.
El sistema Alpino incluye Sierra Nevada, en el sur de España, los Pirineos, los Alpes franceses, suizos, austriacos e italianos, así como otras cordilleras que se extienden hacia el Este de Europa, hasta llegar al Cáucaso. El pico más alto de Europa Occidental es el Monte Blanco, que se eleva a 4.807 metros sobre el nivel del mar
Otras regiones montañosas comprenden las altiplanicies centrales de España, (Meseta), y el Macizo Central Francés, las cadenas entre Bélgica y Luxemburgo y las mesetas de Baviera, al sur de Alemania. Todas esas zonas montañosas son más viejas que los Alpes, pero más jóvenes que los relieves del noroeste europeo.
Llanuras
La llanura central europea se extiende desde
las islas Británicas, al oeste y atraviesa Francia, Bélgica, Holanda y Alemania Central, hasta llegar al límite asiático,, a lo largo de 3000 kms. Esta llanura es la más densamente poblada del mundo en términos absolutos y muchas de las grandes ciudades se encuentran en ella. La mayor parte de la industria y la agricultura desarrollada trabajan en esta extensión.
Los pueblos de Europa
Occidental
Europa
Occidental cubre solamente el 2,5 por ciento del área total de la superficie
emergida pero contiene mas del 8 por ciento de la población mundial. como
resultado, Europa Occidental presenta una densidad poblacional media de casi 96
habitantes por kilómetro cuadrado, lo que representa dos veces la densidad de
Europa Occidental y se sitúa también por encima del promedio asiático, que
representa , de lejos, la mayor población del mundo. Los mayores países de
Europa Occidental: Islandia, Noruega, Finlandia y Suecia poseen los menores
índices demográficos -2, 13, 14 y 19 habitantes por kilómetro cuadrado,
respectivamente-. por otra parte, Holanda, Bélgica, Alemania Occidental y
el Reino Unido tienen densidades poblacionales del 409, 329, 249 y 231
habitantes por kilómetro cuadrado, respectivamente. La razón fundamental de
esos altos índices de densidad demográfica es que Europa Occidental está muy
industrializada y se han creado grandes concentraciones urbanas que comprenden
París, Londres, Madrid, Barcelona, Roma, Atenas Y Berlín oeste. De hecho, más
del 70 por ciento de los europeos occidentales habitan en ciudades. En
algunos países, la población rural es extremadamente pequeña. Por ejemplo,
menos del tres por ciento de los habitantes del Reino Unido trabajan en el
sector de la agricultura y sólo el siete por ciento lo hace en Alemania Occidental.
La población europeo-occidental, sin embargo, crece
actualmente a un ritmo más lento que en cualquier otra parte del mundo. El tipo
medio de crecimiento o tasa demográfica vegetativa, entre 1970 y
1976, fue desoladamente el 0.6 por ciento anual. países por encima de
esta medida son Irlanda, y España, con crecimientos anuales del 1,3 y el 1.1
por ciento. Pero las poblaciones de Austria , Alemania Occidental y el Reino
Unido crecieron por debajo del promedio europeo occidental, con tasas anuales de
sólo el 0,2 por ciento. Esas cifras contrastan con las
de África, con un 2.7 por ciento anual y América Latina con un 2.8 por
ciento anual. Este contraste se refleja en el promedio de edad de la
gente. En África la población es joven, con un 44% de sus habitantes por debajo
de los 15 años y solo 2.9 por encima de los 65. En comparación la Gran Bretaña
posee un 16 % por debajo de los 15 años y casi la misma proporción sobrepasa
los 65 años.
Los mas prósperos pueblos de Europa Occidental, con
sus servicios sociales altamente desarrollados, suelen vivir, en términos
estadísticos, mucho más que los habitantes de los pueblos en vías de desarrollo
o subdesarrollados. Por ejemplo, la esperanza de vida en Portugal
es de 65 años para los hombres y 72 para las mujeres, mientras que en Holanda
es de 71 para los hombres y 77 para las mujeres. En algunos países
subdesarrollados la esperanza de vida se encuentra para hombres y mujeres por
debajo de los 50 años.
Hasta hace poco, los especialistas dividieron la población
de Europa Occidental en tres grandes grupos: Los escandinavos del norte; los
alpinos del centro, y los mediterráneos del sur. Sin embargo rasgos como el
cabello y color de ojos, configuración de la nariz, grupos sanguíneos y otros, varían
en tal magnitud que nadie podría asegurar que la mayoría étnica de
una región posee determinados rasgos físicos. De modo que resultaría falsa
cualquier afirmación en el sentido de que todos los nórdicos son altos y
rubios, mientras que los europeos del sur son pequeños de talla y morenos.
Lenguas
Las lenguas romances se hablan principalmente en el sur de
Europa. Comprenden entre otras el italiano, español, francés, portugués,
catalán, y el dialecto suizo llamado romanche. Estas lenguas evolucionaron a
partir del latín hablado por las regiones de Roma hace más de 2000 años.
Las lenguas célticas se hablaron ampliamente en el oeste de
Europa, en los tiempos primitivos. Hoy son una entidad en extinción. Existen el
galés y escocés gaélico en Gran Bretaña y el bretón en el noroeste de
Francia, En la República de Irlanda el gobierno ha declarado oficial al
irlandés gaélico, junto al inglés, en un intento de mantener viva la lengua.
Otras lenguas celtas, como el córnico, y el manx ( de la isla del Man), casi se
extinguieron, aún cuando se han realizado intentos para revivirlas.
La mayoría de las lenguas habladas hoy en Europa están
fundamentalmente relacionadas y comparten muchas palabras básicas. Por
ejemplo, la palabra vino, es idéntica en italiano, muy semejante en alemán e
inglés: Wein y Wine, y vin en francés. El español es una lengua
romance, pero posee una rica aportación árabe, que procede de los tiempos de la
ocupación mahometana. Aunque teutónico, el inglés tiene también muchas palabras
romances.
Hay dos lenguas europeas, sin embargo, que no pertenecen a la
familia indoeuropea y no tienen nada en común con ella. El finés es una rama
del fino-ugrio, hablado en las regiones bálticas. Muchos especialistas creen
que se origino en pueblos inmigrantes que procedían del este asiático, en un
pasado remoto. La otra lengua es el Vascuence, hablado por los habitantes de la
región pirenaica que comprende el norte de España y el suroeste de Francia.
Algunos lingüistas le atribuyen características que pertenecerían a los grupos
chino y turco con ramificaciones en la Europa del Este, el sub continente indio
y los nativos de América del Norte.
Se han realizado intentos para formalizar una ecuación entre
nación y lengua. Y han fallado porque las lenguas son fácilmente aprehensibles
por cualquiera, de modo que hoy, el inglés, por ejemplo, se utiliza en
muchos países como primera lengua. De igual modo, todas las naciones europeas
disponen de más de un idioma, lo que lleva a ciertas discordancias allí donde
los grupos lingüísticos minoritarios luchan por conservar su propias cultura,
incluso mediante el establecimiento de partidos políticos independentistas.
Modos de vida tradicionales y contemporáneos
La televisión, los automóviles y la aviación de reacción han transformado nuestro mundo en el sentido de empequeñecerlo. Existen, sin embargo, auténticos modos de vida diferenciados, localizados en pequeñas comunidades. Hasta cierto punto, se hayan determinados por peculiares factores climatológicos, morfológicos, políticos y económicos. Pueblos situados en lugares aislados como las islas, penínsulas remotas y regiones pocas pobladas, suelen mantener su peculiaridad y tradiciones.
Así, los lapones escandinavos
continúan con su estilo de vida nómada, junto a sus manadas de renos, como lo
han venido haciendo en los últimos siglos. Al oeste de Irlanda sobreviven
fuertes tradiciones narrativopopulares y músico-folklóricas, como ocurre
en otras áreas célticas: País de Gales o Irlanda del Norte. En Escocia, la
falda corta masculina es un prenda de vestir cotidiana, más que una forma
ceremoniosa de indumentaria. También las mujeres de Bretaña visten a
menudo su tradicional vestido nacional.
En esos lugares, la religión ejerce poderosa influencia. La mayoría de los Irlandeses son católicos devotos y practicantes de la Iglesia Católica. El galés es también un pueblo muy religioso. Todavía en Escocia, se respeta profundamente la fiesta sabática (sabbath) como día de reposo y devoción. En las comunidades desarrolladas, los estilos de vida presentan similitudes crecientes.
Los hogares acostumbran a disponer de mecanismos o elementos para el ahorro de labores casera, pero la forma e que se utilizan suele diferir. Los hábitos dietéticos están parcialmente influidos por cuanto proporciona el medio natural inmediato. Los nordicos tienen a preferir la mantequilla, los dulces, las patatas y los puddings en su mesa, La cerveza es allí la bebida más popular. En el sur, las comidas suelen contener más especias y colorido, condimentadas con ajo y guarnecida con verduras tales como el pimiento rojo y verde, berenjena y tomates. El vino es la bebida principal y el tinto se toma con la carne mientras el blanco con el pescado. Se dice que las personas del sur disfrutan de la comida, especialmente los franceses, los italianos y los españoles.
En el
norte de Europa la gente da mayor importancia al confort de la casa donde
habita, lo que conduce al uso de alfombras cálidas, cortinas y empapelado
mural. En el sur, donde la gente suele vivir más en la intemperie, bajo
la luz del sol, las casas se diseñan para obtener mayor frescor, con suelos de
mármol o baldosas y persianas en las ventanas para impedir la
entrada del sol y dejar penetrar el aire.
Se puede observar en las imágenes de izquierda a derecha la casa de techos inclinados y las ventanas amplias comunes de las casas británicas, están diseñadas para dejar penetrar la luz solar, muy estimada en los limas lluviosos. Los británicos consumen mucha leche, huevos, mantequilla y carne, y son partidarios de los chocolates y los dulces, El té y la cerveza son las bebidas más populares.
Las contraventanas de
madera son frecuentes en Francia. La cocina francesa tiene una enorme variedad
y es considerada, en general, la mejor del mundo. entre sus productos más
famosos se encuentran el pan con corteza y sus cremosos quesos, como los de
Brie y Camembert el vino y el café son las bebidas más acogidas.
Las
casas italianas tienen tejados planos como la de la derecha, ventanas
pequeñas con persianas. Las pastas, como los spaghetti, servidas con salsas
especiales son solo uno de sus multiples y deliciosos platos. El vino y el café
son sus bebidas más populares. La fruta fresca es una parte muy importante de
la dieta.
Las casas del sur de España y las griegas generalmente son blancas para conservar la frescura, se diferencias porque las españolas poseen grandes balcones. En Grecia uno de los platos más populares es el cordero con arroz. las uvas y los higos son las frutas más aceptadas junto con el vino que es la bebida nacional por excelencia. Por su parte en España se degusta el pescado y los mariscos, en especial los calamares, y langostas. Entre las frutas frescas se destacan la naranja, los melones y las uvas. El vino es la bebida nacional por excelencia
Europa Oriental
Europa Oriental o Europa del Este es,
estrictamente hablando, la región oriental del continente europeo. No existe un acuerdo unánime sobre
qué territorios forman esta región. No obstante, la división de Europa enOccidental y Oriental ha variado
sustancialmente a lo largo de la historia.
Una manera de analizar esta
alternativa es prestar atención a qué se considera Europa Central. Durante gran parte del siglo XX, cuando eranEstados socialistas alineados con
la Unión Soviética,
países como Hungríao Polonia pertenecían claramente a la
Europa Oriental; en cambio, hoy en día reivindican su centralidad frente a
las ex repúblicas
soviéticas. Los países bálticos: Estonia, Letonia y Lituania se
reivindican como países nórdicos, siendo miembros observadores (candidatos a
miembros de pleno derecho) del Consejo Nórdico, una comunidad
política de Derecho constituida en régimen de organización
internacional, similar a la Unión Europea, nacida para propiciar y acoger
la integración y gobernanza en común de
los estados y los pueblos de Europa del Norte.
La División de Estadística de
la Organización
de las Naciones Unidasdefine Europa Oriental como el conjunto de los
siguientes Estados:
- Albania
- Bielorrusia
- Bulgaria
- Eslovaquia
- Hungría
- Moldavia
- Polonia
- República Checa
- Rumanía
- Rusia
- Ucrania
Además, los Estados siguientes
eran repúblicas de la
Unión Soviética y a veces son clasificados como parte de la
Europa Oriental en lo que respecta a afiliación política:
- Armenia
- Azerbaiyán
- Estonia (también considerado parte
de Europa del Norte)
- Georgia
- Kazajistán
- Letonia (también considerado parte
de Europa del Norte)
- Lituania (también considerado parte
de Europa del Norte)
Esta clasificación la podemos
considerar obsoleta, ya que más que por razones geográficas, se dio por
geo-política durante la Guerra Fría. En la actualidad la Unión Soviética ya no
existe, algunos de estos países no están alineados en la esfera rusa y algunos
de estos países, Lituania por ejemplo, culturalmente son muy diferentes a
Rusia, y mucho más diferentes a países como Kazajistán o Georgia.
En ocasiones la definición de Europa
Oriental también es ampliada para incluir estos otros antiguos Estados
socialistas, llegando a abarcar el sudeste del continente y la península balcánica:
Los pueblos eslavos son el grupo mas numeroso
de Europa, formando parte del gran
mosaico étnico de Europa oriental. estos se encuentran
principalmente en Ucrania, Bielorrusia, Rusia, Polonia, Checo,
Eslovaquia, Yugoslavia, y Bulgaria.
Geografía
La región muestra
una gran variedad tanto de climas como de calidad de la tierra donde
se cosechan diferentes productos: la papa y el heno en Polonia,
el maíz, el trigo y las uvas del valle de Danubio; el algodón y
el tabaco en Bulgaria; cítricos, aceitunas y hortalizas
en Yugoslavia, y cereales en el extremo oriental.
Lenguas
Los grupos
que ocupan hoy día Europa central y oriental, han desarrollado
adaptaciones culturales regionales y se les conoce por las variantes
de la lengua eslava que hablan, misma que se subdivide en eslavo oriental
(ruso, ucraniano y bielorruso), eslavo occidental (polaco, checo, eslovaco,
lusaciano o soravo y kashube), eslavo meridional (búlgaro, serbocroata,
esloveno y macedonio).
Una
"excepción" seria la población rumana quienes han
conservado sus raíces latinas, aunque también comparte
rasgos culturales con sus vecinos debido a su
fuerte tradición agrícola y de pastoreo.
En total se
cuenta con un aproximado de 400 millones de personas que se comunican mediante
es uso de estas lenguas.
Religión
La mayoría de la población en países como Rusia, Rumanía y
Ucrania practican el cristianismo ortodoxo con un promedio del 70%
de su población, le sigue los musulmanes, los católicos, los
protestantes... entre otros. En países como Polonia y Croacia,
la mayoría de su población son católicos.
Gastronomía
Puesto que los países de Europa oriental comprenden una
zona muy amplia, cada uno aporta su sazón a la hora de comer, aun si, todos ellos comparten el uso de algunos alimentos como el
yogurt, los pimientos, los champiñones. Un ejemplo de la gastronomía es el stroganof, platillo ruso
elaborado a base de proteína de verduras cocinada en nata
agria y condimentada con cebollas, ajo, champiñones y mostaza. el goulash,
platillo húngaro elaborado con carne vacuna y condimentado con
pimiento rojo, cebolla y pimenton.
Algo que es frecuente en esta cocina , son los platillos elaborados con
papas ya sea en pasteles o empanilladas. En la región se pueden encontrar excelentes vinos como los
de Yugoslavia y Bulgaria, aunque no podemos olvidar que la vida
mas conocida es el vodka
Clima
El clima de los países de Europa Oriental es extremo pues los veranos
llegan a ser muy calurosos y el invierno muy frío. En el invierno se alcanzan temperaturas por debajo
de los 0º C, las lluvias son escasa, estopor encontrarse al extremo del
continente. Esta presencia de clima extremo da como resultado una gama de
postales muy lindas para los amantes del clima frio.
Música
La música tradicional de la región prácticamente no difiere entre los países de la región ya que por lo general se compone de varios ritmos creados por instrumentos de viento principalmente como la gaita o Cimpoi. La diferenciación se da con la música occidental.
en general
la música tradicional gira en torno a distintas celebraciones como
bodas o a la religión.
Economía
de Europa
Europa es una de las regiones más prosperas del mundo. El producto
nacional bruto (PNB) o valor total de todas las mercancías y servicios, es casi
tan voluminoso como el de los Estados Unidos de América.
Durante mucho tiempo, Europa ha dirigido las actividades
económicas mundiales. Como lugar de nacimiento de la ciencia moderna y la Revolución
Industrial, adquirió una superioridad tecnológica sobre el resto del mundo, lo
cual le proporcionó un dominio incuestionable durante el siglo XIX. La
Revolución Industrial, que comenzó en Gran Bretaña en el siglo XVIII y desde
allí se difundió a todo el mundo, implicaba el uso de maquinaria compleja y dio
lugar a un gran incremento en la producción agrícola y a nuevas formas de
organización económica. A partir de mediados del siglo XX, la creación de
importantes organizaciones supranacionales como la Unión Europea, la Asociación
Europea de Libre Comercio y la Organización para la Cooperación y Desarrollo
Económico ha estimulado el crecimiento económico
Agricultura
En general, la agricultura europea es de tipo
mixto: se producen varios tipos de cultivos y actividad ganadera en la misma
región. La parte europea de la antigua URSS es una de las pocas regiones
extensas donde predomina el monocultivo. Las naciones mediterráneas mantienen
un tipo de agricultura distinto, dominado por la producción de cereales, aceite
y cítricos. En la mayoría de estos países la agricultura tiene más importancia
en la economía nacional que en los países del norte. En Europa occidental las
industrias de productos cárnicos y lácteos son las más relevantes. La
importancia de los cultivos crece a medida que se avanza hacia el este, como en
la península de los Balcanes, donde suman aproximadamente un 60% de la
producción agrícola, y en Ucrania, donde la producción de cereales eclipsa a
cualquier otro tipo de cultivo. Europa en su totalidad destaca particularmente
por su elevada producción de trigo, cebada, avena, centeno, maíz, patatas
(papas), judías, guisantes (chícharos) y remolacha azucarera (betabel). Además
de ganado vacuno, se crían grandes cantidades de ganado porcino, caprino y animales
de granja
A finales
del siglo XX, Europa era autosuficiente en los productos agrícolas básicos. En
buena parte de la tierra arable se utilizaban técnicas avanzadas de
agricultura, como la aplicación de maquinaria moderna y fertilizantes químicos,
pero en regiones del sur y sureste de Europa aún dominaban la técnicas
tradicionales, poco eficientes. Durante gran parte del periodo en el que los
regímenes comunistas ocuparon el poder en Europa oriental, la agricultura de
estos países (con la excepción de Polonia y Yugoslavia) se basó en grandes
granjas y comunas estatales.
Los bosques septentrionales, que se extienden desde
Noruega a través del norte de la Rusia europea, son la principal fuente de
productos forestales de Europa. Suecia, Noruega, Finlandia y Rusia tienen
industrias forestales relativamente grandes que producen pasta de madera,
madera para la construcción y otros artículos. En Europa meridional, España y
Portugal fundamentalmente, se manufacturan gran variedad de productos del corcho
extraído del alcornoque. Aunque todos los países europeos costeros poseen
alguna industria pesquera, la pesca tiene gran importancia en los países del
norte, en especial Noruega y Dinamarca. España, Rusia, Gran Bretaña y Polonia
también son naciones pesqueras destacadas.
Pesca
De los 27
países miembros, 22 tienen salida al mar lo que ha convertido a la Unión Europa
en la tercera potencia pesquera del mundo. Este sector es especialmente
importante en Dinamarca, España, Francia, Reino Unido, Países Bajos e Italia.
Minería
En Europa existe una gran
variedad de recursos minerales. Hay grandes yacimientos de carbón en varias
zonas del Reino Unido, en la región alemana del Ruhr y en Polonia, Bélgica, la
República Checa, Eslovaquia, Francia y Ucrania. Hoy día las mayores fuentes
europeas de mineral de hierro son las minas del norte de Suecia, de Francia y
Ucrania. En algunas zonas de Europa se produce petróleo y gas natural en
pequeñas cantidades, pero las dos regiones más importantes en este sentido son
el mar del Norte y en especial Rusia. Entre otros muchos yacimientos minerales
destacan los de cobre, plomo, estaño, bauxita, mercurio, manganeso, níquel,
oro, plata, potasio, arcilla, yeso y sal.
Sector Industrial
La Unión Europea, es una de las primeras potencias industriales del mundo junto con Estados Unidos y Japón. La elevada industrialización de la procede de una larga tradición industrial ya que la Primera Revolución Industrial se inició en Gran Bretaña. El sector industrial europeo se caracteriza por:
- Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, España y los Países Bajos son los países de la Unión Europea, que concentran el 70% del PIB total y el 30% del empleo de este sector.
- Las industrias cuentan con una importante inversión de capital que permite un elevado nivel tecnológico y una elevada productividad.
- Conviven grandes empresas con otras pequeñas y medianas (pymes) aunque la tendencia actual es aumentar la competitividad mediante fusiones y acuerdos.
Los sectores fundamentales son: la siderometalurgia, una de las más antiguas del mundo; las industrias químicaspesadas; las industrias de bienes de equipo; la metalurgia de transformación, automóvil, aeronáutica y la construcción naval; y la industria ligera y de tecnologías avanzadas.
El sector empresarial está bien estructurado y jerarquizado. Existen compañías grandes, multinacionales; firmas de tamaño medio de dos tipos, las que son dependientes de las grandes compañías y las que son independientes; y empresas de tamaño pequeño de carácter familiar. Las firmas dependientes suelen dedicarse a fabricar componentes y insumos para las grandes industrias; y las empresas de carácter familiar tienden a ser cada vez más especializadas en un producto, sector o incluso marca.
El «talón de Aquiles» de la industria europea es dependencia energética, sobre todo del petróleo. La mayor parte de la energía eléctrica se consigue del petróleo y la termoelectricidad de carbón, en menor medida de la hidroelectricidad, seguida de la nuclear y las alternativas. Mucha de la maquinaria y casi todo el transporte funciona con derivados del petróleo.
En líneas generales, el mercado europeo está saturado, y debe buscar su expansión en otros países. La exportación es fundamental para la industria europea, supone más de un 18% del PIB. Hay una región altamente industrializada que va desde Londres hasta Turín y Milán, por el norte de Francia y el sur de Alemania. Otro segundo sector industrial va desde el golfo de Génova a Valencia, el arco del Mediterráneo, y un tercero muy lejos de estos, de París a Oporto, el arco Atlántico.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Ibañez, Juan, (2010) Bioma Mediterráneo: El Bosque y el Matorral Mediterráneo. España. (En red) Disponible en: http://www.madrimasd.org/blogs/universo/2010/02/19/135398Sundseth Kersin, (2000) Natura2000 en la región Alpina. Comisión Europea. Disponible en:
http://ec.europa.eu/environment/nature/info/pubs/docs/biogeos/Alpine/KH7809637ESC_002.pdf
Fundación Wikipedia. (2014)Disponible en)
https://es.wikipedia.org/wiki/Arco_Atl%C3%A1ntico
https://es.wikipedia.org/wiki/Europa_Occidental
https://es.wikipedia.org/wiki/Europa_Oriental
Fisher Charles (2010) Europa y América.Editorial Taurus. España.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario